Gracias por seguir a nuestro lado un año más. Todo el equipo del Programa Victoria os desea unas muy feliz Navidad y un próspero año 2014. Que lo mejor del año que está llegando a su fin sea lo peor del año venidero.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
www.programavictoria.com
@vivirsinalcohol
Blog del Programa Victoria, un innovador tratamiento del alcoholismo que te facilita las claves para aprender a vivir sin adicciones. Aquí se tratan los temas de actualidad sobre el alcohol y las drogas, además de las experiencias vividas por el psicólogo Bernardo Ruiz en sus más de 30 años de experiencia en una clínica de desintoxicación.
lunes, 23 de diciembre de 2013
Feliz Navidad y Próspero año 2014
Etiquetas:
2014,
adiccion,
alcohol,
alcoholismo,
familia,
Marbella,
navidad,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
solucion,
terapia,
tratamiento
jueves, 28 de noviembre de 2013
Las mil y una excusas
Cuando uno tiene problemas de adicción no le faltan excusas y justificaciones, más o menos baratas, para beber.
Es que he tenido un problema con mi ex, me cuenta uno de mis pacientes. Se ha dado cuenta de que le he estado mintiendo mucho tiempo y se ha molestado conmigo. Lleva varios días sin hablarme. ¡Con lo bien que estábamos la semana pasada!Así que me he sentido muy mal, me he hundido y he vuelto a beber. Claro que la culpa también es de mi hermano, que también tiene problemas con el alcohol y fue él quién compró la bebida y la trajo a mi casa. ¿Qué le iba a hacer yo?
Visto así, parece que uno no tiene ninguna responsabilidad, ni tampoco ninguna alternativa. Uno es simplemente víctima de sus circunstancias, como una hoja que el viento lleva de un lado para otro.
El adicto se siente más cómodo con esa sensación de víctima. Yo no soy responsable de nada, qué podría yo hacer. Y así nos justificamos maravillosamente para seguir bebiendo y cometiendo los mismos errores, como si no fuéramos nosotros mismos lo que tomamos nuestras propias decisiones.
Decir que no siempre es una alternativa. No digo que sea fácil, ni siquiera que sea lo más fácil. En ocasiones es difícil y complicado sobreponerse a la tentación de dejarse llevar por la fugaz satisfacción inmediata de ese momento, que luego se transforma en culpabilidad, sufrimiento y lamentos. Por eso es mejor echarle la culpa a otro y no asumir que mis decisiones las tomo yo, y que en mi mano está cambiar.
Se acabaron las excusas. Hoy quiero seguir sin beber. Me siento mejor sin beber. Este es mi deseo y mi decisión. Y así sera.
Probemos a hacerlo de esta manera, y veremos como las cosas van mejor. Quizá tarden un poco más de lo que nos gustaría en mejorar, pero lo harán.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
abstinencia,
adiccion,
alcohol,
alcoholismo,
autoengaño,
ayuda,
beber,
consumir,
drogas,
enfermedad,
familia,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
recaída,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento
Ubicación:
Marbella, Málaga, España
viernes, 22 de noviembre de 2013
Cuando un hombre ama a una mujer
Uno de mis pacientes de esta semana me ha contado un
problema que le está empezando a preocupar desde que ha vuelto, sin
beber alcohol, de su terapia en el Programa Victoria. Resulta que, pasados los primeros días de alegría
familiar por su vuelta a casa, y por los cambios evidentes de su
aspecto físico y de su actitud, empiezan a surgir problemas
domésticos en cuanto al trato con sus hijos y con su esposa.
El asunto es que nuestro hombre, vamos a llamarle
Paco para abreviar, se había pasado los últimos años metido cada
vez más en una nube etílica que le tenía fuera de juego en todos
los sentidos. Apenas se ocupaba de labores domésticas, ni de sus
hijos, ni opinaba sobre la vida familiar, ni su opinión era tenida
en cuenta si es que la daba.
Ahora, al recuperar la sobriedad, empieza a tener
opiniones y actitudes que no siempre son bien recibidas por los
demás. Por ejemplo, para los hijos es más cómodo tener un padre
que les consiente todo, porque él mismo no está en condiciones de
actuar de otra manera, que escuchar las reprimendas, las negativas, o
las reconvenciones de un padre que actúa como tal y quiere educar a
sus hijos como Dios manda.
También en el caso de su esposa está habiendo
dificultades porque ella se había acostumbrado a organizar todo sin
contar con él y ahora que él ha vuelto a la vida tiene su opinión,
que a veces no coincide.
Dejar de beber es imprescindible para sanar una vida
dañada por la adicción, pero solamente es el primer paso. Hay que
tener paciencia, constancia y perseverancia para continuar en
sobriedad y afrontar los problemas que puedan surgir, del estilo que
estoy comentando o del que sea.
Hay una película que refleja muy bien este tema. "Cuando un hombre ama a una mujer", en la que la protagonista se ve
sumida en problemas graves después de dejar el alcohol, similares a
los que he relatado de Paco. Mi recomendación para verla con tranquilidad y
aprender de ella. Además tiene una banda sonora preciosa y unas
interpretaciones excelentes de Meg Ryan y Andy García.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
adiccion,
adicto,
alcohol,
ayuda,
beber,
enfermedad,
familia,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
solucion,
terapia,
tratamiento
jueves, 14 de noviembre de 2013
Día sin Alcohol
Un año más llega el momento de reflexionar sobre el
consumo de alcohol en nuestra sociedad. El Día sin Alcohol se ha creado con la idea de hacer una pausa en la vida
cotidiana y planearnos por un momento cómo es nuestra relación con el alcohol, y con los problemas que su
consumo inmoderado causa en la sociedad.
Nos encontramos ante una substancia adictiva,
responsable de innumerables problemas de todo tipo y por todos conocidos. Accidentes de tráfico, problemas de
salud, problemas en las relaciones familiares, conductas de
violencia, etc. Y al mismo tiempo el alcohol habita en bebidas que
consideramos parte casi consubstancial de nuestra vida y nuestra cultura. El vino, la cerveza, y otras bebidas
alcohólicas que desde tiempos muy remotos forman parte de nuestras
costumbres y tradiciones.
La sociedad tiene el difícil dilema de proponer un
delicado equilibrio entre el arraigo cultural y social que tiene el
consumo moderado de bebidas alcohólicas y el innegable efecto
pernicioso que el abuso de alcohol ocasiona en muchas personas, y por
ende, en el
conjunto de la sociedad.
Yo suelo decir a mis pacientes que más peligrosa que
la propia bebida es la intención con la que se consume.
Una cerveza, o un vaso de vino, tomado como
complemento de una comida, en un momento de vida social y encuentro
con familiares o amigos, puede ser totalmente inofensiva.
Mejor dicho. Aunque el alcohol que contienen tales bebidas siempre es
un tóxico que nuestro cuerpo tiene que eliminar, en
cantidades muy moderadas tenemos capacidad de neutralizarlo antes de que produzca unos daños significativos.
También es cierto que si aumenta la cantidad y la
frecuencia de consumo, sea cual sea el contexto en el que se realice,
podemos pronto superar los límites que nuestro organismo
tiene para neutralizar el tóxico y llegar a causarnos daños físicos
y de todo tipo en nuestra vida.
Pero lo más peligroso de todo es querer utilizar el
alcohol, sea cual sea la bebida en la que lo consumamos, como un
elemento que modifique nuestro estado de ánimo. Beber para
superar la timidez, para ser más capaz de hablar en público, para
desinhibirse, o para dejar de sentir un dolor emocional que la vida nos ha
traído, es empezar a construir el camino de la adicción.
Cuántos pasos tiene que dar una persona por ese
camino para llegar al punto de no retorno en el que se convierte en
adicta al alcohol y empieza a perder su libertad y su capacidad de
autocontrol es algo que nadie puede saber a priori. Pero lo que si
sabemos es que las personas que no beben alcohol nunca llegan a ser
adictas, y que las que lo hacen, a medida que perseveran en el
consumo, sobre todo si las cantidades se alejan de la moderación,
más van avanzando en un camino sin retorno.
Cuando una persona llega a la adicción, la única
solución es aprender a vivir sin alcohol, y la mayoría de las
veces, es necesario un tratamiento médico y psicológico para
conseguirlo con garantías.
Por eso, lo mejor es vivir el Día sin Alcohol, no
sólo hoy, sino todos los días de nuestra vida. O como segunda
opción, tener un consumo mínimo, infrecuente y siempre alejado de buscar
efectos psicológicos o emocionales en él.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
15 de noviembre,
alcohol,
ayuda,
beber,
consumir,
dia sin alcohol,
drogas,
familia,
jóvenes,
Marbella,
Programa Victoria,
psicologia,
recaída,
sobriedad,
solucion,
taninos,
terapia,
tratamiento
miércoles, 30 de octubre de 2013
Caídas, recaídas y requetecaídas
Lo que a un terapeuta
en adicciones le gustaría ver, siempre y en todos sus pacientes, es un éxito
terapéutico a la primera, y de una vez por todas.
Nos gusta ver el
cambio de actitud de la persona que se siente libre de su adicción, que empieza
a disfrutar de la vida sin alcohol, y que mantiene ese cambio de forma estable
a lo largo de su vida.
Yo tengo muchos
pacientes con los que sigo manteniendo contacto desde hace muchos años, algunos
casi trienta, y es una enorme satisfacción personal y profesional saber que
están bien, que siguen sin beber y que han aprendido a vivir libres de la
esclavitud a la que les tenía sometidos sus adicciones, ya sea al alcohol o a
otras substancias.
Pero hoy quiero
hablar de otros casos que, lamentablemente, también existen.
Hay personas que al
cabo de un tiempo de abstinencia, y de hacer las cosas bien, se olvidan de lo
que han aprendido en la terapia y poco a poco empiezan lo que llamamos en el
Programa Victoria a "incubar" una recaída.
Al sentirse mejor,
olvidan que su mejoría se debe precisamente a que han dejado el alcohol, y caen
en la trampa de pensar que podrían beber un poco, en una ocasión especial, sin
que las cosas se les vayan de las manos. Como hacen las personas
"normales", piensan algunos.
Mal asunto. Una vez
que se abre la puerta y se rompe la abstiencia lo más probable es que se repita
la conducta, es decir, que se vuelva a beber. Y un día determinado, puede ser
el primero o tras varios meses de consumos "controlados", empiezan de
nuevo todos los problemas.
La adicción retoma de
nuevo el control de la vida del paciente y las cosas vuelven a estar tan mal, o
peor, como estuvieron en el momento en que se decidió pedir ayuda terapéutica.
A partir de ahí
algunos pacientes vuelven a pedir ayuda. Ahora mismo estoy escribiendo sobre
esto porque tengo a varios en este estado. Coinciden todos ellos en ser
personas de inteligencia elevada, bien formadas, con una situación profesional
que despertaría la envidia en muchos, y en cambio, han repetido el Programa
Victoria varias veces, porque seguían recayendo.
Es de valorar el
hecho de volver a pedir ayuda, y de confiar de nuevo en nuestra terapia, ya que
siguen considerando que les resulta útil, a pesar de las recaídas. Y es de
valorar la capacidad de superación que representa el volver una y otra vez a
terapia, a pesar de que teóricamente "se lo saben ya todo".
Para mi sigue siendo
un misterio cómo se producen las recaídas cuando analizas casos concretos.
Personas que, sobre el papel tienen todos los elementos necesarios para seguir
bien y en abstinencia, que inexplicablemnte se olvidan de todo un día y beben.
Por eso la sobriedad
es un trabajo que hay que realizar día a día. El enemigo no descansa, y a la
menor oportunidad que le permitamos, enseña sus armas. Pero estando atentos, y
manteniendo los hábitos saludables que se aprenden en la terapia se puede vivir
libre de adicciones para siempre.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
Twitter: @vivirsinalcohol
Etiquetas:
adiccion,
adicto,
alcohol,
ayuda,
beber,
conducir,
decisión,
drogas,
enfermedad,
intervención,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
recaída,
sobriedad,
solucion,
terapia
miércoles, 23 de octubre de 2013
Contar los días
Llevo sin beber ciento cuarenta y tres días – dice un hombre
a su amigo – y lo llevo bien. Espero pronto celebrar los doscientos.
Para algunas personas contar los días que llevan sin beber
representa una ayuda para mantenerse en sobriedad, y tienden a hablar de ello
con frecuencia con las personas que saben que están en ese proceso.
En cambio otros prefieren simplemente pensar que ya no beben,
que han dejado atrás su pasado con el alcohol, y que no importa el tiempo
transcurrido sino su decisión y su voluntad de seguir en sobriedad.
Como hay gente para todo, lo más probable es que ambas
opciones sean válidas, y no voy a ser yo el que cuestione lo que a uno le
funciona, pero si me gustaría hacer una reflexión general sobre el tema con la
intención de ayudar al que lo necesite.
Lo importante es seguir sin beber, y no solo eso; que la
sobriedad sea el resultado de un cambio de actitudes y de comportamiento, una
forma diferente de pensar y de sentir que haga que la persona se encuentre
mejor consigo misma y, por lo tanto, sea consciente de que beber alcohol no le
aporta nada bueno, y de que se encuentra mejor libre de adicciones.
Y en ese camino de estabilizarse en la sobriedad, la cuenta
de días puede tener un efecto perverso en algunas personas. A veces algunos
tienen como “cifras psicológicas” que una vez superadas les pueden hacer creer
que ya han superado su problema y que ya se han “curado” de su adicción.
Para algunos es un año, para otros diez años. No importa. Si
uno tiene una fecha de referencia, o una meta temporal, corre el riesgo de
sentir que, una vez superada, está ya en condiciones de tener otra relación
diferente con el alcohol, que ya no van a repetirse los problemas del pasado -
porque ya he aprendido a controlarme - y en definitiva, darse de nuevo permiso
para beber alcohol.
Craso error, ya que la adicción no olvida ni perdona. Y si
la ponemos de nuevo en marcha no tardará en apoderarse de nuevo de nuestra
mente y de nuestra conducta.
Así que yo prefiero centrarme en el día de hoy. Hoy no bebo.
Estoy mejor sin alcohol. Quiero seguir así porque estoy mejor. Y no importa el
tiempo transcurrido desde la última copa, porque lo que cuenta es el presente y
el futuro sin alcohol.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
adiccion,
alcohol,
alcoholico,
alcoholismo,
ayuda,
beber,
consumir,
drogas,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
recaída,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento
martes, 15 de octubre de 2013
La intención es lo que cuenta
Uno de mis pacientes, que lleva ya casi tres meses sin beber
tras su paso por el Programa Victoria, me cuenta que hace unos días pidió un
“tinto de verano” sin alcohol y le resultó muy agradable. Al terminar de
tomárselo, vio en la etiqueta que contiene un 1% de alcohol y empezó a tener
dudas de si había hecho bien o no y de si eso podría considerarse como una
recaída.
Lo que ha hecho mejor este paciente es venir a contármelo,
porque lo peor en estos casos es dejar que se incube el pensamiento de que “he
bebido un poco de alcohol y no me ha pasado nada, no me ha llevado a seguir
bebiendo, no me lo ha notado nadie, etc.”
Esa forma de pensar, típica de la mente adictiva, es la que
podría llegar a convertirse en el desencadenante de una recaída en toda regla.
En casos como este lo importante es la intención del sujeto
a la hora de elegir esa bebida. Si lo que pretendía era tomar una bebida sin
alcohol no hay ningún problema por el hecho de que químicamente hubiera una
ínfima cantidad de etanol en ese líquido. En nuestro cuerpo se produce etanol
todos los días como resultado de la digestión de las comidas, y ese alcohol no
genera el deseo de beber en nadie ni desencadena recaídas.
Pero si el caso fuera al contrario, si el sujeto hubiera
pedido ese “tinto de verano” sabiendo que contiene alcohol y pretendiendo jugar
con su propia adicción, entonces si que estaría en peligro de recaída, no por
el efecto químico del alcohol en su cerebro, que sería insignificante en todo
caso, sino por el efecto psicológico de haber tomado la decisión consciente de
tomar una bebida con alcohol y posteriormente autojustificarse la conducta
pensando “no ha pasado nada”.
Este comportamiento, y esa forma de pensar, son los que
acaban incubando la recaída y antes o después se suele producir el descontrol.
Más peligroso que el efecto químico del alcohol en el cuerpo
es el efecto psicológico de creerse capaz de evitar que la adicción se vuelva a
poner en marcha. La intención es lo que cuenta, sobre todo.
En definitiva, es mucho peor tomar una cerveza sin alcohol
que te haya servido un camarero que quiere ayudarte a no recaer, a pesar de que
hayas pedido una normal, que tomar una cerveza, habiendo pedido una sin
alcohol, porque el camarero se ha confundido.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
abuso,
adiccion,
alcohol,
alcoholismo,
ayuda,
beber,
cerveza,
drogas,
enfermedad,
familia,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
recaída,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento,
vino
miércoles, 2 de octubre de 2013
Perseverar en la sobriedad
Cuando una persona se
plantea seriamente dejar de beber, y sobre todo si recibe la ayuda terapéutica
de un tratamiento especializado como el Programa Victoria, suele resultar
sorprendentemente fácil acabar con ese hábito que le ha venido acompañando
durante años y que ha hecho sufrir tanto a la propia persona adicta, así como a
su entorno.
De repente, uno ha
dejado de beber y se siente bien. Parece que todo ha sido muy fácil y que ya
está todo solucionado. Pero si nos quedamos en esa actitud autocomplaciente es
muy posible que las cosas se acaben torciendo antes o después y que el paciente
se lleve un tremendo batacazo el día menos esperado. Una recaída, que suele ser
muy frustrante y muy dolorosa, sobre todo para los que le rodean.
En el Programa
Victoria insistimos en la importancia de adquirir unos hábitos saludables
concretos que ayuden a mantener la actitud mental adecuada para seguir en
sobriedad. Y por eso ponemos un gran hincapié en la práctica de la Relajación.
A lo largo de la
terapia nuestros pacientes aprenden una sencilla técnica de Relajación,
Visualización y Pensamientos Positivos, que se llevan grabada en un disco para
poder practicarla en casa a diario, que es lo que recomendamos siempre.
La Relajación
contiene los ingredientes esenciales para continuar beneficiándose los efectos
positivos iniciales del Programa Victoria. En primer lugar ayuda a combatir la
ansiedad y evita la acumulación de tensiones emocionales. En segundo lugar potencia
la actitud mental positiva, que ayuda a seguir sin beber de una forma optimista
y con una sensación de bienestar y liberación, a través de los Pensamientos
Positivos que se incluyen en el ejercicio. Y por último, a través de la
Visualización el paciente se prepara psicológicamente para hacer frente a las
situaciones de riesgo que podrían conducirle a una recaída, aumentando así su
capacidad de reacción y evitando que la recaída llegue a materializarse.
En mi experiencia he
visto que aquéllas personas que incorporan la práctica de la relajación en su
rutina diaria y la mantienen a largo plazo son las que no tienen recaídas y
cada día se sienten mejor con su sobriedad. En cambio, cuando un paciente recae
y contacta conmigo, lo primero que me reconoce es que hace tiempo que había
dejado de practicarla.
Mantenerse en
sobriedad es una tarea de todos los días. Cada día empieza de cero, en cierto
sentido, aunque siempre es más fácil seguir sin beber cuando se van haciendo
las cosas bien día a día, pero cada jornada requiere de su tiempo para
perseverar en la sobriedad y seguir disfrutando de la vida libre de adicciones.
Bernardo Ruiz
Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
abstinencia,
abuso,
adicciones,
adicto,
alcohol,
alcoholico,
alcoholismo,
ayuda,
beber,
decisión,
familia,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
recaída,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento
martes, 24 de septiembre de 2013
Miedo a las recaídas
Hace unos días me
llegó una consulta por e-mail de una persona que no conozco y que me cuenta que
lleva ya más de dos años sin beber y acudiendo a reuniones de Alcohólicos
Anónimos.
Su preocupación es
que se siente agobiado por la constante referencia que escucha en las reuniones
de que si deja de acudir a ellas va a recaer inevitablemente y que la única
solución para mantener la sobriedad es seguir acudiendo de por vida a reuniones
de AA.
Esta es una de las
creencias que están muy extendidas en los grupos de autoayuda, tales como
Alcohólicos Anónimos y también en Alcohólicos Rehabilitados y otras entidades
similares.
Se trata, como digo,
de una creencia basada en que en muchas ocasiones sucede eso. Cuando una
persona que ha estado un tiempo participando en reuniones de AA deja de ir es
porque ha vuelto a beber, o bien es el preludio de una recaída.
El error, en mi opinión,
está en sacar la conclusión de que hay una relación de causa y efecto entre
ambos hechos, y más aún, que es la única causa.
Muchas personas han
dejado el alcohol sin acudir en su vida a una reunión. Han podido hacerlo con
ayuda médica, psicológica, o tal vez siguiendo programas terapéuticos
diferentes de los doce pasos de Alcohólicos Anónimos, que también existen.
Yo mismo tengo la
experiencia de casi treinta años de trabajo con el Programa Victoria, en el que
nuestros pacientes aprenden a vivir sin alcohol sin necesidad de acudir a
reuniones de autoayuda de ninguna clase.
Aunque no tengo nada
en contra de que lo hagan y siempre les animo a que al menos vayan una vez para
conocer de qué se trata y valorar si les puede servir de ayuda, el caso es que solo
aquéllos que ya conocían previamente AA o AARR encuentra positiva la
participación en tales reuniones.
Y no por eso recaen
más que los demás, sino todo lo contrario.
Lo malo, en mi
opinión, es fomentar el miedo a la recaída, o más bien la superstición de que
uno “necesita” seguir yendo a reuniones o de lo contrario volverá a beber o a
drogarse. Al repetir una y otra vez ese mensaje, en la mente de muchas personas
se convierte en una programación mental que actúa en su subconsciente de modo
que, si por alguna razón dejan de acudir a reuniones, acaban recayendo.
Es como una profecía
autocumplida. Como me he creído, a fuerza de escucharlo, que voy a recaer si
dejo de venir, si alguna vez las circunstancias de la vida me llevan a dejar de
ir a reuniones acabo cayendo en aquello que he llegado a considerar como
inevitable.
Creo que esa es una
mala interpretación del fondo del programa de los doce pasos, que busca la
liberación del sujeto de su adicción. Bien es cierto que la adicción no se
elimina nunca y que el riesgo de la recaída es un peligro latente que siempre
está ahí, pero fomentar el miedo y condicionar la sobriedad a la asistencia a
reuniones es simplemente una superstición que no deberíamos fomentar los
terapeutas que trabajamos en estos campos.
La libertad es lo que
pierde el adicto, y recuperarla significa aprender a valerse por sí mismo para
evitar las recaídas. Las reuniones pueden ser una ayuda, y muchas veces lo son,
pero nunca deberían presentarse como la única solución, ya que simplemente no
es cierto.
Bernardo Ruiz
Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
adiccion,
adicto,
alcohol,
alcoholico,
alcoholismo,
ayuda,
beber,
consumir,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
recaída,
solucion,
terapia
jueves, 12 de septiembre de 2013
Volver a empezar
Después de unos días de vacaciones nos reincorporamos de
nuevo a la vida cotidiana y empezamos con una alegría.
Uno de nuestros pacientes cumple cinco años desde que hizo
el Programa Victoria con nosotros y nos ha escrito un mensaje muy hermoso en el
que relata cómo ha cambiado su vida desde que se decidió a dejar el alcohol.
A mi me ha hecho recordar lo mal que estaba este hombre la
primera vez que lo vi, el sufrimiento que había pasado su esposa hasta que él
se decidió a pedirnos ayuda. Para colmo ella es médico y se sentía doblemente
impotente al no ser capaz de ayudar a su marido a superar sus adicciones.
En cambio ahora ambos han recuperado la ilusión de vivir, se
han construído una casa nueva, han celebrado la boda de su único hijo, y están
disfrutando de la vida libre de adicciones.
Cuando recibimos estos testimonios, aparte de la gran
alegría que nos embarga, nos entra también una cierta tristeza, al menos a mi
me sucede, por todas las personas que están todavía esclavizadas por su
adicción, y que no se han decidido aún a dar el paso definitivo para liberarse
de ella.
Espero que en este nuevo curso ayudemos a muchos más a
conseguirlo.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
abuso,
adiccion,
alcohol,
alcoholico,
alcoholismo,
ayuda,
beber,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento
martes, 10 de septiembre de 2013
Estrenamos página web
Después de unas merecidas vacaciones, hemos tenido unas semanas de intenso trabajo en las que hemos empezado nuevos proyectos para el Programa Victoria.
La primera de ellas, y la que queremos dar a conocer hoy, es la nueva web www.programavictoria.com, una página mucho más visual, moderna e intuitiva en la que podréis informaros de todos los servicios que ofrecemos, adquirir el libro de nuestro psicólogo Bernardo Ruiz, titulado "Objetivo Libertad: Hoja de ruta para salir del laberinto del alcohol", o conocer al detalle en qué consisten nuestros cursos de relajación.
Pronto volveremos con las entradas semanales, mientras tanto, os recomendamos visitar la web y que nos dejéis vuestra opinión!
Etiquetas:
abuso,
adiccion,
alcohol,
alcoholico,
alcoholismo,
ayuda,
beber,
cocaina,
consumir,
drogas,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
solucion,
terapia,
tratamiento,
web
jueves, 8 de agosto de 2013
Si conduces, no bebas
Desde hace muchos
años el tema de beber alcohol y conducir se está poniendo cada vez más serio.
No es para menos, ya que el alcohol es la causa directa de alrededor de la
mitad de los accidentes mortales en la carretera, lo que es un número terrible.
Cada vez más las
leyes se endurecen para tratar de evitar esta clase de siniestros y me parece
muy bien. Es más, yo he observado que para algunos de mis pacientes, el hecho
de verse sancionados por alcoholemia, aún sin haber tenido accidentes, la
consiguiente multa y a veces la perdida del permiso de conducir, ha sido un
elemento motivador para darse cuenta de que tenían un problema con el alcohol y
eso les ha ayudado a tomar la decisión de ponerse en tratamiento.
Nunca sabremos
cuántas vidas se han salvado al evitar accidentes producidos por conductores en
estado de embiraguez, ni cuántas personas han sido rehabilitadas de su adicción
precisamente porque su alcoholemia les ha hecho reflexionar y cambiar.
Hoy, que estamos en
agosto, las carreteras están llenas y mucha gente de vacaciones puede caer en
el error de beber y conducir, creo que es un buen momento para comentar este
asunto.
Además, aunque no
conduzcas, beber en exceso nunca es bueno. Y al exceso se llega enseguida, sin
darse uno ni cuenta.
Feliz verano a todos.
Bernardo Ruiz
Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
accidente,
agosto,
alcohol,
beber,
conducir,
consumir,
drogas,
familia,
fin de semana,
jóvenes,
Marbella,
Programa Victoria,
psicologia,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento,
verano
jueves, 1 de agosto de 2013
Optimismo
En estos días
he estado trabajando con un nuevo grupo de pacientes haciendo el Programa Victoria,
y al ver con ellos algunos documentales que utilizamos como material terapéutico
hemos reflexionado sobre un tema que resulta recurrente en muchos de ellos.
Resulta que
hay personas que han estado en tratamientos prolongados, tal vez de varios
meses de duración, y que a la hora de reincorporarse a la vida cotidiana lo
hacen llenos de miedo y de inseguridad. También se ve a terapeutas que dudan de
la capacidad de mantenerse en abstinencia los pacientes que están tratando.
Es
sorprendente la visión tan pesimista que se transmite muchas veces acerca de
los tratamientos para la adicción, y para el alcoholismo en particular. Se
presentan las recaídas como algo inevitable y se induce a los pacientes a estar
siempre atemorizados y recordando su pasado para seguir sin beber.
En el Programa
Victoria tenemos una actitud muy diferente. Nuestros pacientes, tras diez días
de terapia, salen cargados de optimismo y de confianza en su capacidad de
mantenerse libres de adicción. Y los terapeutas que lo llevamos a cabo estamos
convencidos de que es posible, y es fácil, salir de la adicción.
Si no creemos
en nosotros mismos y en las terapias que aplicamos, mal podemos ayudar a
nuestros pacientes a salir adelante. Por eso considero fundamental transmitir
confianza y optimismo, para ayudarlos a sentirse, y ser, capaces de evitar las
recaídas y llevar una vida equilibrada y libre de adicciones.
Bernardo Ruiz
Victoria
Psicólogo
Clínico
Etiquetas:
adiccion,
alcohol,
alcoholismo,
ayuda,
beber,
drogas,
enfermedad,
familia,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
recaída,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento
jueves, 25 de julio de 2013
La ley de la gravedad
Hay leyes de
la naturaleza que no podemos cambiar, están ahí queramos o no, podemos
aceptarlas o ignorarlas, pero no podemos sustraernos a sus efectos.
Por ejemplo la
ley de la gravedad. Si yo sostengo un objeto en mi mano y lo suelto, el objeto
caerá irremediablemente hasta el suelo. Y si lo recojo de nuevo y lo vuelto a
soltar, volverá a caer. Una y otra vez, invariablemente. La ley de la gravedad
es la explicación. La atracción que la masa del planeta Tierra ejerce sobre el
objeto hace que caiga. No hay alternativa.
Si yo sujeto
el objeto con una cuerda desde el techo puedo evitar que caiga, pero en el
momento en que corte la cuerda volverá a caer. No podemos evitar el efecto de
la gravedad. Así es la vida.
Para un adicto
existe también una variante de la ley de la gravedad que es igual de cierta y
segura, aunque muchas veces queramos ignorarla o desconocerla.
Si una persona
adicta se mantiene abstinente, si no consume, es como cuando tenemos el objeto
atado al techo con la cuerda. No se caerá. Pero en el momento en que se vuelva
a repetir la conducta adictiva, si se vuelve a consumir, la adicción volverá a
actuar y a llevar al sujeto a reproducir los mismos comportamientos y a tener
los mismos problemas, si no peores.
Aunque pase
mucho tiempo uno sin consumir, no por ello desaparece la "ley de la
gravedad" del adicto. Es como el objeto que tenemos atado. Aunque esté
sujeto muchos años, el día que lo soltemos se caerá.
Cuesta mucho
aceptar esto, porque parece que nuestra tendencia a creernos capaces de
cualquier cosa nos lleva a ponernos en peligro de nuevo y a olvidar que la
adicción sigue ahí, en lo profundo del cerebro, y que se puede reactivar en
cualquier momento.
Es tarea de
los terapeutas enseñar a nuestros pacientes a comprender esto, interiorizarlo y
así, poder liberarse de la adicción y vivir sin beber, o sin otras drogas, con
toda naturalidad y alegría.
Bernardo Ruiz
Victoria
Psicólogo Clínico
www.programavictoria.com
Etiquetas:
adiccion,
adicto,
alcohol,
alcoholismo,
ayuda,
beber,
consumir,
drogas,
enfermedad,
familia,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
recaída,
sobriedad,
terapia,
tratamiento
martes, 23 de julio de 2013
Gracias
Gracias.
Con esas seis letras, el equipo que compone el Programa Victoria quiere agradecer a todos aquellos que, desde hace varios meses, visitáis este blog semana tras semana para conocer un poco más el día a día de nuestro psicólogo, Bernardo Ruiz, resolver algunas dudas relacionadas con el consumo de drogas y descubrir los detalles de nuestro tratamiento para superar la dependencia del alcohol, un tratamiento que ayer lunes se inició de nuevo con unos alumnos únicos que tienen muchísimas ganas de recuperarse y poder retomar su vida normal, sin los problemas que conlleva el consumo excesivo de alcohol, tanto para ellos mismos como para sus amigos y familiares.
Sin vosotros y vuestro apoyo no seríamos nada.
El equipo del Programa Victoria.
jueves, 18 de julio de 2013
Normas terapéuticas
Siempre me ha sorprendido el hecho de que en la inmensa
mayoría de los tratamientos para la adicción se trata a los pacientes como si
fueran “presuntos delincuentes”.
Me refiero, por ejemplo, a que al ingresar en el centro lo
primero que se hace es registrar sus pertenencias para verificar que no
introducen alcohol o drogas en su equipaje, se les retira el dinero, el
teléfono, a veces también la documentación y hasta el reloj.
En algunos lugares incluso están cerrados con llave y no
tienen prácticamente libertad para hacer nada sin permiso de los cuidadores o
terapeutas.
Seguramente la idea que hay detrás de tales restricciones es
que los pacientes adictos no son fiables, mienten con frecuencia, tienden a
hacer trampas, etc. Y con tales controles se pretende evitar consumos y
problemas indeseados.
Mi sorpresa viene porque en nuestro Programa Victoria no
actuamos así. Nuestros pacientes no se ven privados de su libertad de
movimientos. Lógicamente hay unas mínimas normas que cumplir: participar en
todas las sesiones terapéuticas, respetar los horarios, no salir del recinto
del hotel donde se alojan durante la terapia, mantener el teléfono móvil en su
habitación y usarlo lo mínimo imprescindible, y lógicamente, no beber alcohol
ni consumir otras drogas.
Pero todo esto lo planteamos como un marco lógico de
actuación terapéutica, no como unas restricciones que se imponen
coercitivamente. Y por extraño que pueda parecer a algunos, la respuesta de los
pacientes es muy positiva. Al tratarlos como seres responsables de su propio
proceso terapéutico se dan cuenta del absurdo que sería ir contra sus propios
intereses, y al no tener normas rígidas, ni vigilantes para impedirles
saltárselas, dejan de pensar en cómo transgredirlas y empiezan a actuar de una
forma correcta y beneficiosa para tu tratamiento.
Si la adicción se caracteriza por la falta de libertad a la
que el sujeto llega por su dependencia del alcohol o de la substancia que sea,
no podemos pretender que la recupere si no se le permite ejercerla.
Naturalmente hay gente para todo, y es probable que en
algunos casos no haya más remedio que aplicar más control externo a ciertos
pacientes, pero creo que para la mayoría es mejor transmitirles
responsabilidad, confianza y seguridad en si mismos porque estos valores van en
la dirección adecuada de una vida libre de adicciones.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
adiccion,
alcohol,
alcoholico,
alcoholismo,
autoengaño,
ayuda,
beber,
decisión,
familia,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
recaída,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento
jueves, 11 de julio de 2013
Decisiones
Para superar una
adicción lo primero que hay que hacer es tomar una decisión: dejar de consumir.
Parece simple, pero
tiene sus complicaciones.
Además, la única
persona que tiene derecho de voto en ese asunto es quién sufre la adicción en
sus propias carnes. Los demás, ya seamos terapeutas, familiares, jefes o
autoridades, lo único que podemos hacer es animar, presionar, aconsejar,
influir, opinar..., pero solo la propia persona adicta puede tomar esa
decisión.
Para los que lo ven
desde fuera parece una decisión sencilla. Simplemente dejas de beber, o de
tomar lo que sea, y punto. Pero para el propio adicto muchas veces es tan
complicado como pedirle a una persona con una fuerte gripe que deje de toser.
Es la propia enfermedad lo que limita la capacidad de decisión del sujeto, la
que mina su propia libertad de actuación, y eso es lo que cuesta entender,
muchas veces, por todos los demás, y hasta por la propia persona afectada.
En cambio, también es
cierto que puede ser mucho más fácil de lo que parece.
Cuando llevas ya unos
cuantos años tratando a personas adictas, como es mi caso, te das cuenta de que
hay quien es capaz de dejar de beber, o de tomar otras drogas, de un día para
otro, sin un gran esfuerzo y además con una sensación de liberación y
bienestar.
Pero también es
cierto que hay personas a las que les cuesta muchísmo dejarlo y que necesitan
estar en un entorno controlado, lejos de su vida cotidiana y a veces también
ayuda farmacológica para detener su consumo y evitar los desagradables síntomas
de la abstinencia que aparecen en algunos casos.
Incluso la misma
persona puede vivir las dos situaciones en diferentes momentos de su vida.
Recuerdo casos de personas que han podido parar de beber una vez sin ningún
efecto adverso y que varios años después, tras una recaída, han sido incapaces
de parar sin una ayuda y un control externo.
Pero la decisión de
dejar de consumir es solo el primer paso.
A partir de ahí hay
que hacer un profundo análisis de la propia conducta adictiva para comprender
bien a qué responde y cómo desactivarla, y para eso es necesario tomar otra
decisión importante: hacer una terapia adecuada. De lo contrario, lo más
probable es que antes o después la situación vuelva a escapársele de las manos
al paciente, vuelva el consumo adictivo y vuelvan los problemas. Corregidos y
aumentados.
Bernardo Ruiz
Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
abuso,
adiccion,
alcohol,
alcoholismo,
ayuda,
beber,
decisión,
drogas,
enfermedad,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
sobriedad,
solucion,
tratamiento
jueves, 4 de julio de 2013
Beber para ser libre
Con la llegada del verano empiezan a aparecer en los
informativos noticias relativas al consumo de alcohol, sobre todo hablando de
la gente más joven: los botellones, los accidentes de tráfico, etcétera.
En uno de estos reportajes aparecía un muchacho hablando de
las bondades que tiene para él el consumo de alcohol y argumentaba “cuando bebo
el alcohol hace que en mi cerebro se desconecten las inhibiciones, la timidez y
todas esas cosas y así puedo hacer lo que quiera. Es la libertad total”. ¡Vaya manera de rendirse ante las trampas de la adicción!
Si por algo se caracteriza la libertad es por tener la
capacidad de decidir. Y si hay algo que se altera en una persona que está bajo
los efectos del alcohol es precisamente eso. Cuando este joven crea estar
disfrutando de la “libertad total” lo que está realmente es dejándose llevar
por los efectos de una substancia química que ha alterado su estado normal de
conciencia, y por lo tanto ya no es él mismo tomando decisiones. Justo lo
contrario de lo que cree conseguir.
La adicción siempre se basa en mentiras y autoengaños, y
este es uno de ellos. Bebo para ser libre. Cuéntale eso a una persona que lleva
años sufriendo la esclavitud de la adicción alcohólica, que está perdiendo la
salud, la autoestima, la familia y muchas cosas más, como consecuencia de esa
“libertad” falsa que le ha llegado a convertir en esclavo de su propia
enfermedad.
Bebo para hacer cosas que no me atrevo a hacer sobrio. ¿Y no
sería mejor aprender a superar las inhibiciones? Si te sientes limitado por tus
propias carencias, acude a una terapia, pero no busques atajos químicos que te
van a llevar a lo contrario de lo que buscas. Porque muchas veces las
inhibiciones que anula el alcohol son protectoras para nuestra seguridad y
nuestro bienestar a largo plazo.
Los pacientes que tratamos en el Programa Victoria, cuando
sienten que han superado su adicción, suelen decir precisamente “ahora me
siento libre”. Nunca el alcohol ni otras drogas pueden hacer a una persona
más libre, sino todo lo contrario, menos libre, y por lo tanto menos humano, en
definitiva, más animal. Burro, casi siempre.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
abuso,
adiccion,
adicto,
alcohol,
ayuda,
beber,
familia,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento
miércoles, 26 de junio de 2013
Mañana lo dejo
Los adictos siempre
tienen buenas "razones" para justificarse a si mismos y seguir con su
comportamiento autodestructivo.
Cuando las cosas se
ponen feas, por uno u otro motivo, se hacen a si mismos la promesa solemne:
"mañana lo dejo". A veces incluso se lo cuentan a otros. Me viene a
la memoria ahora una escena de la película "Buscando a Amanda" en la
que el protagonista, un adicto empedernido al juego, al alcohol y a todo lo que
se le ponga por delante, dice a una camarera en un casino de Las Vegas: -
tráigame dos copas porque a continuación voy a dejar de beber -. (Lo que sucede
a continuación lo dejo en suspenso para animar a ver la película).
El caso es que uno lo
va dejando para mañana, pero ese mañana nunca llega.
Hasta que un día pasa
algo lo suficientemente grave como para tomar una determinación por fin. La
semana pasada, por ejemplo, me vino a la consulta un paciente que lleva muchos
años ya de carrera alcohólica. Y que ha dicho muchas veces "mañana lo dejo",
pero que ha tenido que llegar el día en que ha tenido un accidente de tráfico,
una pelea con la policía, un juicio, y una condena a 18 meses de prisión, que
por suerte no va a cumplir en la cárcel sino en libertad condicional, para
aceptar el hecho de que tiene un problema adictivo y de que necesita ayuda.
Y todo ello a pesar
de que su propio padre, y un hermano más joven hace años ya que acudieron a
nosotros por los mismos problemas y llevan una vida libre de adicciones desde
entonces.
Aún así, su
"mañana lo dejo" ha sido tan fuerte que ha tenido que estrellarse
contra la pared para reaccionar.
Esperemos que ahora
aprenda la lección, siga el tratamiento y empiece a vivir con la alegría de la
libertad.
Bernardo Ruiz
Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
abuso,
adiccion,
alcohol,
alcoholismo,
autoengaño,
ayuda,
beber,
drogas,
enfermedad,
familia,
jóvenes,
Marbella,
mentira,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento
martes, 18 de junio de 2013
Asuntos de familia
Ayer me llamó una muchacha para informarse sobre el Programa
Victoria. Le preocupa el caso de su padre, que está teniendo problemas con el
alcohol, y que recientemente se ha visto castigado con la retirada del permiso
de conducir lo cual le ha hecho reflexionar y pedir ayuda.
Lo curioso del caso es que me dice la joven que hace unos
años ya habíamos tratado a su abuelo. Lo que ella tal vez no sepa es que
también hemos tratado a otro hermano de su padre hace años, con lo que ya
tenemos tres miembros de la misma familia padeciendo problemas de adicción al
alcohol. El padre y dos hijos varones.
Esto me recuerda otro caso llamativo de una familia de cinco
hermanos, cuatro varones y una mujer, de los que he tratado a todos los
varones. Empezó uno de ellos, hace unos 20 años, y el último de ellos vino hace
unos 5 años. También me vino después un sobrino de este último pero era por
parte de su mujer, por lo que no había un vínculo de sangre.
Es de todos conocido que hay componentes genéticos que
afectan al riesgo de desarrollar la enfermedad adictiva, y que también hay
modos de comportamiento que se aprenden en el seno de la familia que pueden
inducir el abuso y la dependencia del alcohol.
La combinación de ambos suele estar presente, en una u otra
medida, en la mayoría de los pacientes que tratamos. No podemos hacer nada para
cambiar la herencia genética que traemos, pero siempre podemos aprender a vivir
sin adicción.
Y para nosotros es un motivo de alegría ver que diferentes
miembros de la misma familia confían en el Programa Victoria para salir del
problema y superar su adicción.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
abuso,
adiccion,
alcohol,
alcoholismo,
ayuda,
beber,
familia,
jóvenes,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
recaída,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento
jueves, 13 de junio de 2013
Los pecados del adicto
Desde hace muchos años hablo a mis pacientes de que la
adicción es la enfermedad de la mentira, y desde hace algún tiempo he añadido
también de la soberbia.
Las personas adictas empiezan por engañarse a si mismas y a
continuación tratan de engañar a los demás. La mentira se va instalando en su
vida de una manera que a veces llegan a ser víctimas de sus propios embustes y
les cuesta trabajo hasta reconocer lo evidente.
Cuántas veces nos encontramos con pacientes que niegan su
consumo de alcohol incluso después de que una prueba de alcoholemia nos acaba
de demostrar que han bebido mucho recientemente. Pues no, que te lo juro que no
he bebido más que una cerveza anoche, pero era sin alcohol.
La soberbia es la que les lleva a negar que necesiten ayuda
para nada. Yo lo controlo, yo lo dejo cuando quiera, para qué voy a ir yo a un
psicólogo o a un médico, qué me van a decir que yo no sepa ya.
Y con estas actitudes, que son producto de la propia
enfermedad adictiva, el problema no hace sino crecer, aumentar y agravarse.
Hasta que en algún momento estalla.
En estos días he tenido ocasión de ver la película “El
vuelo” en la que se ven con toda claridad estos temas. La soberbia y la mentira
llevadas hasta sus últimas consecuencias.
Un excelente guión y una muy buena interpretación de Denzel
Washington. Muy recomendable.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
Etiquetas:
abuso,
adiccion,
alcohol,
alcoholico,
ayuda,
beber,
Marbella,
mentira,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
recaída,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento
martes, 21 de mayo de 2013
Tocando fondo
Hace unos días he
tenido la oportunidad de ver una película titulada originalmente Smashed, que
se podría traducir como aplastado, o destrozado, y que en la versión española
han titulado Tocando Fondo.
Es la historia de una
pareja de jóvenes, aficionados ambos a la bebida, o mejor dicho, más que
aficionados, grandes consumidores y ambos con problemas de adicción.
Un día, la mujer vive
una situación en el trabajo que hace que tenga que empezar a enfrentarse a las
consecuencias de su problema con el alcohol. Poco a poco empieza a tomar
conciencia de su adicción y pone los medios para ponerle remedio.
La película relata su
evolución hasta que consigue superar su adicción y cambiar su vida, y refleja
muy bien los sentimientos que viven los protagonistas y las dificultades que
tienen que afrontar para salir adelante y liberarse de la esclavitud del
alcohol.
No es una película
comercial, y dudo mucho que llegue a hacerse famosa. Tampoco los actores son
muy conocidos, pero está muy bien realizada e interpretada y la encuentro muy
recomendable para todos.
En la vida de un
adicto siempre hay un momento que significa un punto de inflexión. Es cuando
uno se da cuenta de que necesita cambiar y dejar el alcohol. Algunos lo llaman
precisamente "tocar fondo", como el título de la película.
Cuanto antes uno se
de cuenta de las cosas, menos profundo será el lugar donde toque fondo antes de
empezar a cambiar. Y menores serán los daños y las consecuencias sufridas por
uno mismo y causadas a los demás.
Bernardo Ruiz
Victoria
Psicólogo Clínico
www.programavictoria.com
Etiquetas:
abstinencia,
adiccion,
alcohol,
ayuda,
beber,
intervención,
jóvenes,
Marbella,
problema,
Programa Victoria,
psicologia,
recaída,
sobriedad,
solucion,
terapia,
tratamiento
jueves, 9 de mayo de 2013
El alcohol y las penas del alma
La sabiduría popular
ha acuñado refranes y dichos como por ejemplo que beber "alivia las
penas", y es cierto que el dolor de alma es muchas veces un desencadenante
de consumo de alcohol, incluso en personas no habituadas a un beber social.
Cuando uno sufre de
un profundo malestar emocional, un estado de ansiedad, o una gran tristeza, es
cierto que puede encontrar un cierto alivio bebiendo alcohol. Lo malo es que,
como todo lo aparentemente bueno que ofrece la bebida, al cabo de un tiempo el
alivio desaparece y por una especie de efecto péndulo, la persona se siente aún
peor.
Si este círculo
vicioso se repite muchas veces la persona puede quedar totalmente atrapada en
él, aumentar su estado de ansiedad o depresión, y beber cada vez más para
intentar compensalo, sin nunca conseguirlo del todo.
Es como el náufrago
que bebe agua del mar para calmar la sed. Al cabo de un rato la sed es aún
mayor y la situación empeora inexorablemente.
Muchas veces la
persona acude al médico, le cuenta sus problemas de ansiedad o sus síntomas
depresivos, pero omite el asunto del alcohol. Como consecuencia de ello, puede
que el médico le prescriba ciertos fármacos que serían muy apropiados en una
persona que no beba, pero que con el alcohol alteran totalmente sus efectos
haciéndolos muy perjudiciales en muchos casos.
En conclusión, si
tienes penas del alma, busca ayuda en un buen amigo, o en un buen psicólogo,
pero no caigas en la trampa de amortiguar el dolor con el alcohol, porque las
penas siempre salen a flote y cada vez con más fuerza, añadiendo además el
problema de la adicción a los que ya pudieras tener anteriormente.
Bernardo Ruiz
Victoria
Psicólogo Clínico
Suscribirse a:
Entradas (Atom)