Desde hace muchos años hablo a mis pacientes de que la
adicción es la enfermedad de la mentira, y desde hace algún tiempo he añadido
también de la soberbia.
Las personas adictas empiezan por engañarse a si mismas y a
continuación tratan de engañar a los demás. La mentira se va instalando en su
vida de una manera que a veces llegan a ser víctimas de sus propios embustes y
les cuesta trabajo hasta reconocer lo evidente.
Cuántas veces nos encontramos con pacientes que niegan su
consumo de alcohol incluso después de que una prueba de alcoholemia nos acaba
de demostrar que han bebido mucho recientemente. Pues no, que te lo juro que no
he bebido más que una cerveza anoche, pero era sin alcohol.
La soberbia es la que les lleva a negar que necesiten ayuda
para nada. Yo lo controlo, yo lo dejo cuando quiera, para qué voy a ir yo a un
psicólogo o a un médico, qué me van a decir que yo no sepa ya.
Y con estas actitudes, que son producto de la propia
enfermedad adictiva, el problema no hace sino crecer, aumentar y agravarse.
Hasta que en algún momento estalla.
En estos días he tenido ocasión de ver la película “El
vuelo” en la que se ven con toda claridad estos temas. La soberbia y la mentira
llevadas hasta sus últimas consecuencias.
Un excelente guión y una muy buena interpretación de Denzel
Washington. Muy recomendable.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
No hay comentarios:
Publicar un comentario