miércoles, 31 de octubre de 2012

Ya no beberé más



Según demuestran cientos de estudios científicos realizados a lo largo de la historia se ha llegado a la clara conclusión de que el alcohol es una sustancia tóxica que produce daños progresivos en todos y cada uno de los órganos del cuerpo humano, a excepción del oído.

No se cuál será la razón por la cual el oído está libre de los efectos perniciosos del alcohol, pero de lo que no cabe duda es de que beber alcohol afecta a lo que podemos llamar las "entendederas", es decir a nuestra capacidad de comprender correctamente las cosas que escuchamos.

Veamos la siguiente historia; a mi me la han contado como un chiste, pero tiene un fondo verdadero y muy interesante.

Una esposa preocupada por el consumo de alcohol de su marido no paraba de hacerle comentarios al respecto, de decirle que bebiera menos, o que lo dejara del todo, que estaba destrozándose la salud, que antes o después lo iba a pagar caro, y cosas por el estilo. El marido, como es lógico decía que todo eran exageraciones suyas, que no se preocupara y que le dejara vivir su vida.

Tras mucho tiempo de insistencia consiguió convencer a su esposo de que fuese al médico a hacerse una revisión. Ni corta ni perezosa llamó al médico y le dijo:

- Doctor, cuando mi marido vaya a verle insístale en que el alcohol le está perjudicando, él no quiere darse cuenta de ello y seguramente ni le mencione que bebe, o le diga que bebe "lo normal" pero sepa usted que el único problema que tiene es el abuso de alcohol y le ruego que me ayude a hacerle consciente y a cambiar de actitud.-

- No se preocupe, señora, que haré todo lo que esté en mi mano.

Y así llega el día en que nuestro paciente se presenta en la consulta del doctor, la esposa se queda esperando fuera confiando en los buenos oficios del galeno, y al cabo de una hora sale con una expresión de preocupación en su cara, serio, y le dice a su esposa:

- Dice el médico que tengo el hígado graso, principio de pancreatitis, hipertensión, y no se cuántas cosas más. Dice que todo es debido al alcohol, y que no beba más.

La esposa no puede contenerse y salta diciendo:

- ¡Pues claro, Pepe, cuántas veces te lo he dicho yo, que estás bebiendo demasiado. Menos mal que ahora lo has entendido!

Si, si - replicó él -, claro que lo he entendido. Dice el doctor que no beba más y eso es lo que pienso hacer. A rajatabla. No voy a beber ni una gota más ... ¡¡¡ seguiré bebiendo lo mismo !!!

(Se sugiere reirse o al menos sonreir un poco)

Cada uno entiende lo que quiere, o lo que le conviene, o mejor dicho, lo que menos le conviene pero que da la razón a la mente adictiva que justifica siempre los comportamientos de riesgo. Nuestro paciente tenía el oído a salvo del daño que el alcohol causaba en el resto de su cuerpo, pero su capacidad de entender los mensajes estaba más que afectada.


Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico

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