Si miras a tu
alrededor seguro que encuentras a alguien que bebe en exceso o que ya tiene
claro un problema de alcoholismo. Puede ser un miembro de tu familia, alguien
de tu trabajo o de tu círculo de amistades, una persona de tu mismo barrio o
urbanización e, incluso, más de uno.
Seguramente ya
hayas tenido la ocasión de comentar el tema con alguien cercano. Habéis
compartido la preocupación por el estado de esta persona que se pasa con el
alcohol, o que tiende a beber cuando se siente mal, o que cuando se toma una o
dos copas no es capaz de parar hasta que ya no puede más.
Y es probable que
hayas sentido una mezcla de compasión, pena, enfado y desprecio por esta
persona. Y puede que aun lo sigas sintiendo, porque es alguien cercano para ti,
alguien a quien aprecias y a quien te gustaría ver bien, pero que sigue
tropezando una y otra vez en su adicción. Sufre y hace sufrir a los que le
rodean. Y tú lo ves, pero no sabes qué hacer.
Puede que alguna
vez hayas intentado recomendarle que no beba tanto, o le hayas reñido, o te
hayas enfadado seriamente debido a sus excesos y a su comportamiento
inadecuado. Y puede que hayas sentido la impotencia de ver que tus esfuerzos no
han servido de mucho, porque te dice que no te metas en su vida, que “lo
controla”, que ya es mayorcito para saber que tiene que hacer, y cosas así.
No es fácil, pero
si de verdad quieres lo mejor para esta persona, tendrías que intentar ayudarle
a superar su enfermedad y salir del círculo vicioso de la adicción. A pesar de
su rechazo, de sus negativas y de sus mentiras, háblale de que su problema
tiene solución, que necesita ayuda profesional para superarlo y de que tú estarás
a su lado para apoyarle siempre que ponga de su parte para curarse.
Puedes informarte
en páginas web como la del Programa Victoria (www.programavictoria.com),
y también empezar por pedir ayuda profesional para ti, para saber cuál es el
mejor método de llegar al corazón de esta persona que te preocupa y ayudarle a
salir de su rueda de mentiras y soberbia.
Si lo haces, te lo
agradecerá siempre y tú tendrás la satisfacción de haber contribuido a la
curación de una persona a la que quieres y por la que te preocupas.
Bernardo Ruiz
Victoria
Psicólogo Clínico
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