martes, 26 de febrero de 2013

Puntos de inflexión


En la vida de un adicto siempre hay momentos clave que le pueden hacer cambiar. Algunos lo llaman "tocar fondo", y yo prefiero llamarlos puntos de inflexión.

Se trata de un momento íntimo de toma de conciencia, en el cual el sujeto se da cuenta de que su comportamiento no es normal, que lo que está haciendo se sale de la lógica y de la vida saludable y equilibrada, y que debe hacer algo para cambiar.

Estos puntos de inflexión son el inicio de los buenos propósitos de dejar de beber, o bien de buscar ayuda terapéutica de una u otra forma.

En la película "Dias de vino y rosas", el punto de inflexión lo vive el protagonista cuando un día, caminando en busca de trabajo por las calles de la ciudad ve la imagen de un hombre en un escaparate y piensa - ¿quién será ese borracho? - y al momento se da cuenta de que es él mismo reflejado en el cristal. A partir de ahí reacciona, cambia su perspectiva dándose cuenta de que el alcohol era la auténtica causa de sus desdichas, y empieza el camino de la recuperación.

Como la realidad siempre supera a la ficción, hace unos días vino a verme Jaime, uno de mis pacientes que ha tenido varias recaídas, debidas en parte a su falta de conciencia de la gravedad de su problema.

Me contó que había vuelto a la bebida una vez más, lleno de mala conciencia y de problemas de salud que le hacía sentir muy mal, y que un día, había comprado una botella de bolsillo de vodka para bebérsela a escondidas como tantas veces. Pero al salir del supermercado se encontró con un indigente durmiendo en el suelo, tuvo un momento de lucidez, su punto de inflexión, y le preguntó - ¿bebe usted? - a lo que el hombre le contestó, - si, pero con moderación -.

Ahí Jaime tomó la decisión, le entregó la botella que acababa de comprar y se sintió liberado. Desde entonces no ha vuelto a beber, ha vuelto a la terapia y le veo mejor que nunca.

Cada uno tiene su punto de inflexión, a veces más de uno, en su camino de liberación de la conducta adictiva. Y hay que aprovechar las ocasiones, porque nunca sabemos cuál de ellas va a ser la última.

Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico

martes, 19 de febrero de 2013

Cambios generacionales


Cuando yo empecé a trabajar en el campo del alcoholismo y las adicciones, allá por 1984, el patrón más común de consumo de alcohol entre nuestros pacientes era el de las personas que bebían de forma continua, a diario, normalmente de forma social, aunque en ocasiones siguieran en solitario.

En estos casos, el abuso de alcohol durante mucho tiempo iba creando una adicción física y también psicológica porque los sujetos no sabían, o no podían, sacar de su rutina diaria el consumo de alcohol.

En cambio, la embriaguez no era un efecto buscado de forma prioritaria. Era algo a lo que se llegaba porque a fuerza de beber mucho se termina con un cierto grado de embriaguez, pero estos pacientes no buscaban per se el efecto del alcohol.

A veces incluso la tolerancia que iban desarrollando hacía que los efectos de la embriaguez fueran menos evidentes, produciendo en los pacientes el engañoso efecto de que, puesto que "aguantaban" mucho alcohol, éste no les podía estar haciendo daño.

En cambio, con el paso de los años han ido apareciendo otro tipo de bebedores, que son los que predominan en la acutalidad.

Son personas que beben buscando el efecto del alcohol. Quieren cambiar su estado de ánimo o su estado mental mediante el uso de sustancias adictivas. El alcohol, y otras drogas.

En estos casos la embriaguez es el objetivo, no una consecuencia del abuso, sino un fin en si mismo.

Esta forma de consumo hace que la adicción psicológica se desarrolle de una forma mucho más rápida y que los daños que sufre el paciente, sobre todo en su sistema nervioso, sean mucho más intensos.

En lugar de exportar las pautas de consumo moderado que tradicionalmente existían en nuestra cultura mediterránea, hemos importado las formas de beber explosivas del norte de Europa. Hemos salido perdiendo con el cambio.

Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
www.programavictoria.com

martes, 12 de febrero de 2013

Beber en soledad


Hace unos días me llamó una señora para interesarse por nuestro programa terapéutico. Después de dos o tres conversaciones telefónicas he tenido una primera consulta con ella y parece decidida a ponerse en tratamiento y superar su adicción. Espero que lo consiga, y pondré todo mi empeño para que así sea.

Su caso me ha llevado a reflexionar sobre el consumo de alcohol en solitario. Ese beber clandestino, que era típico de las mujeres hasta hace unos años, pero que ahora también se da en varones.

Se me antoja una situación harto triste sentirse sola, y tratar de ahogar esa soledad con una botella tras otra. En este caso mi paciente me confiesa beberse tres o cuatro litros de cerveza al día. No está mal, pienso irónicamente. Porque menuda barbaridad para su cuerpo, para su cerebro y para su mente, meterse esa cantidad de alcohol entre pecho y espalda.

Y lo peor de todo es que las penas flotan en el alcohol. Y además crecen. Con lo que después de la anestesia emocional que produce la embriaguez, aparecen de nuevo, con más fuerza que nunca, la soledad, la apatía, la depresión, la culpa y el dolor que se pretendía calmar con la botella es mayor de nuevo.

Y vuelta a empezar. Un día más de sufrimiento, y la adicción aumentando y apoderándose cada vez más de la vida de esta persona.

Menos mal que tenemos un ángel de la guarda que al que de vez en cuando hacemos caso y nos salva la vida en momentos críticos. El debió ser quién le dió nuestro teléfono y nuestra web a esta nueva paciente, y quién le ayudó a dar el primer paso para su recuperación.

Confío en ella, y espero y deseo que deje atrás su pena y sufrimientos y pueda ser capaz de disfrutar de nuevo de la vida sin alcohol.


Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
www.programavictoria.com

martes, 5 de febrero de 2013

Recaídas



A todos los que trabajamos en adicciones nos gustaría que nuestros pacientes dejaran de beber para siempre, o de consumir la sustancia que fuera, y se mantuvieran en sobriendad el resto de su vida.

Pero la peculiaridad de esta particular enfermedad adictiva es que no se cura nunca, aunque puede estar desactivada de por vida.

La adicción provoca cambios en el funcionamiento del cerebro del adicto y eso es algo irreversible. Es como aprender a montar en bicicleta, que no se olvida nunca. El paciente adicto puede pasar sin beber todo el tiempo que quiera, y en tal caso la enfermedad será como si no existiera, pero si vuelve a consumir, por poco que sea, el riesgo de volver al descontrol y a los problemas del principio es altísimo.

En estos días me ha llamado una antigua paciente. Ha pasado catorce años sobria, rehaciendo su vida en todos los sentidos, incluso tuvo su tercer hijo en este periodo. Pero por desgracia, hace algo más de un año empezó a premitirse un pequeño consumo de vino, con su marido.

¿qué daño podría hacerme esto? - pensó, erróneamente.

y aquí la tenemos ahora, sufriendo de nuevo porque se le ha desbordado la adicción, porque está bebiendo otra vez de forma descontrolado, y me ha vuelto a pedir ayuda para repetir el Programa Victoria y curarse de nuevo.

El enemigo no descansa, y la adicción siempre está ahí, latente. Y darse cualquier permiso es la antesala de una recaída en toda regla.


Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
www.programavictoria.com

jueves, 31 de enero de 2013

Facturas pendientes


Estoy en estos días trabajando con un grupo de pacientes en el Programa Victoria, y en el día de hoy hemos empezado a hablar de su próxima vuelta a casa, a la vida cotidiana, y hemos tocado el tema de lo que llamamos "facturas pendientes".

Cuando uno deja de beber, o de consumir drogas, inicia un cambio que desearía que fuera un punto y aparte total y definitivo, pero que no siempre es así de fácil.

En muchas ocasiones nos encontramos con consecuencias de la conducta adictiva que aparecen con retraso y que suelen sentar muy mal al paciente, a menos que se haya preparado convenientemente para afrontarlas de un modo positivo.

Por ejemplo, una factura pendiente es la desconfianza. Los familiares suelen necesitar mucho tiempo para volver a confiar, porque ha habido tantas mentiras y trampas, que a la menor señal que les recuerde el pasado, un gesto, una mala cara, un retraso o cualquier otra cosa, pueden reaccionar acusando al paciente de haber recaído, aunque no sea cierto.

Esto puede generar mucha tensión, y los pacientes pueden caer en la tentación de culpar a sus familiares por no darles todo el apoyo que necesitan. No se dan cuenta de que es un comportamiento lógico, y que necesitan tiempo y paciencia para ir poco a poco pagando esas facturas pendientes y recuperar la confianza en su totalidad.

Cada uno debe prepararse para las que le puedan venir y evitar con eso situaciones de tensión que pueden causar malos momentos e incrementar el riesgo de recaída.


Bernardo Ruiz
Psicólogo Clínico

jueves, 24 de enero de 2013

Intervención


Cuando tenemos un familiar adicto y queremos ayudarle nos vemos ante una situación de muy difícil manejo. Ya lo hemos comentado anteriormente en este blog.

En Estados Unidos se ha desarrollado una técnica llamada Intervención mediante la cual se trata de provocar el cambio de actitud en una persona adicta, para que acepte ponerse en tratamiento y solucionar su problema.

Esta técnica implica la participación de todas las personas más significativas en la vida del paciente, especialmente sus familiares más cercanos, amigos, compañeros de trabajo, etc. En definitiva, todos aquellos que se preocupan y sufren indirectamente los efectos de la adicción del sujeto.

Un profesional especializado en esta técnica dirige el proceso y prepara el terreno con los familiares y allegados antes del encuentro con el paciente para intentar que el resultado sea el deseado, que acepte ponerse en tratamiento de forma inmediata y cambie la situación totalmente.

Anoche empezó a emitir el canal Xplora, de la televisón, los episodios de la serie americana "Intervention", que ha sido traducida en España como Adicción, en la cual se ven casos reales de personas adictas y sus familiares.

Hasta ahora solo podía verse en canales de pago, pero desde ahora está al alcance de todos.

Si te preocupa el problema de adicción de un familiar, estos programas pueden ayudarte a plantear el problema con más éxito y motivarle para ponerse en tratamiento.

Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
www.programavictoria.com

martes, 22 de enero de 2013

Hoy es el primer día del resto de mi vida


Desde que en el pasado mes de Octubre empecé a tratar el caso del paciente que llamamos Pedro, he hablado de él en varias ocasiones. 

Hoy tengo la satisfacción de contar que finalmente ha reconocido su problema y se ha incorporado al Programa Victoria, a la terapia de diez días que ha comenzado hoy.

Es un caso en el que la perseverancia de la familia ha dado resultado. Y ahora Pedro tiene la oportunidad de aprovechar esta ocasión para dar un giro a su vida, dejar atrás su adicción y empezar de nuevo.

Hoy es el primer día del resto de su vida, para él y para los demás participantes de este Programa, a los cuales deseo que obtengan la sobriedad, la serenidad y la paz interior, libres de adicciones.

Mientras escribo estas líneas los pacientes están visionando un documental titulado "A través del cristal", de la serie Documentos TV, que presenta con mucho realismo una serie de testimonios de pacientes, familiares, médicos, etc, involucrados todos de una u otra forma en el problema. Es uno de los elementos terapéuticos que utilizamos en el Programa para ayudar a los pacientes a reconocerse en su enfermedad y a comenzar a cambiar.


Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
www.programavictoria.com