Con el cambio de año llega el momento de hacerse
buenos propósitos. Y uno de los que suelen hacerse con frecuencia muchas
personas es dejar de beber. O dejar de fumar, o dejar de consumir drogas.
La intención suele ser sincera, al menos durante
un tiempo. Mientras la persona reflexiona sobre sus motivos y se da cuenta de
que las adicciones son negativas para su vida, que le quitan libertad, salud,
vida familiar, rendimiento en su trabajo y toda clase de otras consecuencias
perjudiciales.
El problema es que con la intención no basta. Es
necesaria, pero no suficiente.
Por eso muchas personas lo intentan unos días, o
unas semanas, y a la primera de cambio encuentran una buena razón, mejor dicho
una mala excusa, para permitirse tomar de nuevo un poquito, con moderación,
naturlamente.
Y tras ese primer permiso la propia dinámica de
la conducta adictiva vuelve a llevar las cosas a donde estaban antes, y vuelta
a empezar.
Si verdaderamente quieres iniciar una vida nueva
este año, libre de adicciones, no te conformes con la simple intención. Busca
ayuda profesional, sigue una terapia, y libérate de una vez de las cadenas de
la adicción.
Feliz Año Nuevo.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
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