Una de las cosas que caracterizan la conducta de la persona adicta es la de postergar las decisiones correctas, dejarlo todo para mejor ocasión (la que no llega nunca) y seguir manteniendo vivo el problema un día tras otro.
Por ejemplo, un día se levanta uno con una fuerte resaca, con una sensación de angustia creciente al recordar lo que hizo la noche anterior, o peor aún, por no acordarse de nada. Entonces piensa: esto no puede seguir así, tengo que hacer algo, tengo que dejar de beber porque así estoy arruinando mi vida, o cosas por el estilo.
Pero después de una ducha, y tal vez de una cerveza, las cosas empiezan a verse de otro modo.
- Si, creo que no debo seguir así, pero lo malo fue que me dejé llevar por los amigos que no paraban de insistir para tomar una copa más, la penúltima siempre dicen. De modo que voy a intentar salir menos con ellos, y desde luego, no volver tan tarde a casa. Si, eso es lo que voy a hacer. Claro que mañana es el cumpleaños de Pedro, y menudas fiestas suele organizar este, como para perdérmela. Y la semana que viene tenemos el partido de la Champions. Bueno, a partir del mes que viene empezaré a llevar una vida más ordenada. Eso es lo que voy a hacer.
Pero cuando llega el comienzo del mes, seguro que vuelve a haber otro cumpleaños, o una boda, o una despedida. Tal vez otro partido, un mundial o una olimpiada. Y si ha terminado el fútbol, empieza el ciclismo.
- Bueno, mejor será dejarlo para después del verano, porque no me voy a pasar el verano de secano, con todos mis amigo poniéndose morados a cervezas. No, no. Empezaré pasadas las vacaciones, y entonces me lo tomaré en serio.
Y así día tras día, mes tras mes, hasta que un día las cosas revientan por algún lado.
Dejarlo para mañana no es una buena idea, además es un síntoma de falta de autocontrol, de poco compromiso con uno mismo, y muchas veces no se sino una señal más de lo atrapado que está el sujeto en su adicción.
Si el alcohol se ha convertido en un problema, hoy es el momento de actuar. No mañana. Y mucho menos el mes que viene.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
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