lunes, 17 de diciembre de 2012

Navidad y sobriedad


Se acercan ya las fiestas navideñas y de fin de año. Es uno de los periodos de tiempo en los que el consumo de alcohol se dispara y también uno de los momentos clave en la vida de muchos niños, que se pueden ver inducidos por sus mayores a probar un poquito de vino, o de champán, o de lo que sea, porque es Navidad y un día es un día. Además, el niño ya se está haciendo grande.

Cuando hago una historia retrospectiva de la vida de mis pacientes adictos al alcohol, la inmensa mayoría de ellos tienen un recuerdo parecido a éste. Una celebración familiar, regada o tal vez inundada de bebidas alcohólicas, algún pariente embriadado, alegre se suele decir en tales ocasiones, y una invitación directa a unirse al grupo de los adultos con ese rito iniciático de dar un sorbito de alcohol.

No quiero decir que todo niño que tome un sorbo de alcohol estas navidades va a terminar siendo alcohólico y necesitando tratamiento, pero si quiero llevar por unos segundos a una reflexión sobre nuestras actitudes hacia el alcohol y hacia la embriaguez en fiestas como estas.

Mejor sería que aprovechásemos estos días para dar gracias a Dios por todas las cosas buenas que la vida nos da cada día, para restaurar los lazos familiares dañados por mil y una razones, para practicar la generosidad con los que lo pasan peor que nosotros, dando algún tipo de ayuda, ya sea material o de algo tan precioso como un poco de nuestro tiempo.

Decimos que es un tiempo de paz y de hermandad. No en vano celebramos el nacimiento del Hijo de Dios que se hace presente en nuestras vidas para mostrarnos el auténtico camino para llegar a la felicidad y a la paz interior. Por eso mismo mejor haríamos en fomentar estos valores, que estando tan arraigados como están en nuestra tradición cultural, vamos cada vez más dejando de lado para pensar más en la fiesta superficial, el consumo descontrolado y la alegría artificial, bañada en alcohol muchas de las veces.

Por una Navidad en sobriedad, mis mejores deseos para todos.


Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
www.programavictoria.com

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