Un año más llegamos al momento en que todos reflexionamos sobre cómo nos ha ido el año y dedicamos algo más de tiempo a cultivar la vida familiar.
Para muchas personas el año 2014 ha sido el año de su gran decisión. El año en que han dado un giro a su vida y han dejado atrás su adicción al alcohol o a otras substancias. Para todas ellas mi más sincera felicitación y mi más sincero deseo de que el niño Dios que viene en Navidad sea una fuente de paz interior y de inspiración para mantener una vida sana, equilibrada y libre de adicciones.
Para otras personas 2014 ha sido un año más de sufrimiento a causa de la adicción. Tal vez por un familiar cercano que no termina de dar el paso de ponerse en tratamiento y afrontar de una manera positiva y eficaz su dependencia. Tal vez por ellas mismas, porque siguen luchando por salir del laberinto de la adicción y siguen creyendo que “esto lo puedo controlar” o que “yo mismo sabré y podré dejarlo por mi cuenta”.
También para ellas espero que la conmemoración del nacimiento del niño Jesús en Belén sea también el nacimiento en su corazón de un sincero deseo de curarse, de superar su adicción y de transformar ese sufrimiento que están padeciendo, y haciendo padecer a sus seres queridos, en la alegría inmensa de sentirse libre de adicciones.
En nombre propio y en el de todos los que trabajamos para que el Programa Victoria siga siendo un referente terapéutico para todas las personas que necesiten y quieran aprender a vivir sin alcohol y sin adicciones, aquí van mis mejores deseos de salud, bienestar interior, paz y serenidad, con la libertad recuperada del que ha dejado atrás para siempre las trampas de la adicción.
¡¡Feliz Navidad y próspero año 2015!!
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
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