jueves, 8 de agosto de 2013

Si conduces, no bebas

Desde hace muchos años el tema de beber alcohol y conducir se está poniendo cada vez más serio. No es para menos, ya que el alcohol es la causa directa de alrededor de la mitad de los accidentes mortales en la carretera, lo que es un número terrible.

Cada vez más las leyes se endurecen para tratar de evitar esta clase de siniestros y me parece muy bien. Es más, yo he observado que para algunos de mis pacientes, el hecho de verse sancionados por alcoholemia, aún sin haber tenido accidentes, la consiguiente multa y a veces la perdida del permiso de conducir, ha sido un elemento motivador para darse cuenta de que tenían un problema con el alcohol y eso les ha ayudado a tomar la decisión de ponerse en tratamiento.

Nunca sabremos cuántas vidas se han salvado al evitar accidentes producidos por conductores en estado de embiraguez, ni cuántas personas han sido rehabilitadas de su adicción precisamente porque su alcoholemia les ha hecho reflexionar y cambiar.

Hoy, que estamos en agosto, las carreteras están llenas y mucha gente de vacaciones puede caer en el error de beber y conducir, creo que es un buen momento para comentar este asunto.

Además, aunque no conduzcas, beber en exceso nunca es bueno. Y al exceso se llega enseguida, sin darse uno ni cuenta.

Feliz verano a todos.


Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico

jueves, 1 de agosto de 2013

Optimismo

En estos días he estado trabajando con un nuevo grupo de pacientes haciendo el Programa Victoria, y al ver con ellos algunos documentales que utilizamos como material terapéutico hemos reflexionado sobre un tema que resulta recurrente en muchos de ellos.

Resulta que hay personas que han estado en tratamientos prolongados, tal vez de varios meses de duración, y que a la hora de reincorporarse a la vida cotidiana lo hacen llenos de miedo y de inseguridad. También se ve a terapeutas que dudan de la capacidad de mantenerse en abstinencia los pacientes que están tratando.

Es sorprendente la visión tan pesimista que se transmite muchas veces acerca de los tratamientos para la adicción, y para el alcoholismo en particular. Se presentan las recaídas como algo inevitable y se induce a los pacientes a estar siempre atemorizados y recordando su pasado para seguir sin beber.

En el Programa Victoria tenemos una actitud muy diferente. Nuestros pacientes, tras diez días de terapia, salen cargados de optimismo y de confianza en su capacidad de mantenerse libres de adicción. Y los terapeutas que lo llevamos a cabo estamos convencidos de que es posible, y es fácil, salir de la adicción.

Si no creemos en nosotros mismos y en las terapias que aplicamos, mal podemos ayudar a nuestros pacientes a salir adelante. Por eso considero fundamental transmitir confianza y optimismo, para ayudarlos a sentirse, y ser, capaces de evitar las recaídas y llevar una vida equilibrada y libre de adicciones.


Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico