Desde hace muchos
años el tema de beber alcohol y conducir se está poniendo cada vez más serio.
No es para menos, ya que el alcohol es la causa directa de alrededor de la
mitad de los accidentes mortales en la carretera, lo que es un número terrible.
Cada vez más las
leyes se endurecen para tratar de evitar esta clase de siniestros y me parece
muy bien. Es más, yo he observado que para algunos de mis pacientes, el hecho
de verse sancionados por alcoholemia, aún sin haber tenido accidentes, la
consiguiente multa y a veces la perdida del permiso de conducir, ha sido un
elemento motivador para darse cuenta de que tenían un problema con el alcohol y
eso les ha ayudado a tomar la decisión de ponerse en tratamiento.
Nunca sabremos
cuántas vidas se han salvado al evitar accidentes producidos por conductores en
estado de embiraguez, ni cuántas personas han sido rehabilitadas de su adicción
precisamente porque su alcoholemia les ha hecho reflexionar y cambiar.
Hoy, que estamos en
agosto, las carreteras están llenas y mucha gente de vacaciones puede caer en
el error de beber y conducir, creo que es un buen momento para comentar este
asunto.
Además, aunque no
conduzcas, beber en exceso nunca es bueno. Y al exceso se llega enseguida, sin
darse uno ni cuenta.
Feliz verano a todos.
Bernardo Ruiz
Victoria
Psicólogo Clínico