Con frecuencia
encontramos noticias acerca de los supuestos efectos “beneficiosos” que tiene
para la salud el consumo de vino, cerveza, whisky, cava, o cualquier otra
bebida alcohólica.
Lo primero que hay que
decir con claridad que esos supuestos efectos beneficiosos, si fueran ciertos,
serían debidos a la parte no alcohólica de las bebidas. Y que la toxicidad del
alcohol que los acompaña suele ser mucho mayor.
Se dice que el vino
tinto, por ejemplo, contiene “taninos”, y que su consumo es bueno para proteger
el corazón. Puede haber algo de cierto en ello. Pero esos taninos están
contenidos en la parte no alcohólica del vino. Y también está ampliamente
demostrado que el alcohol es tóxico para el corazón.
De hecho, existen
patologías concretas, como la miocardiopatía alcohólica, que son debidas en
exclusiva al efecto tóxico del alcohol sobre el músculo cardíaco.
También es verdad que
los estudios que avalan los supuestos efectos “beneficiosos” del consumo de
bebidas alcohólicas siempre se refieren a ingestas muy moderadas. Esto es, a
casos en los que la persona ha consumido a lo largo de los años una o dos
unidades de alcohol diarias, (una unidad es un vaso de vino, una cerveza, etc.
Los licores puntúan doble).
Aquí nos topamos de
nuevo con otra gran mentira. Porque no otra cosa se puede decir de lo que no es
sino una “verdad a medias”.
Si el consumo muy
moderado de bebidas alcohólicas puede tener unos ligeros efectos beneficiosos
para la salud de algunas personas, el hecho de convertir ese dato en titulares
de prensa y en noticia de relevancia en todo tipo de medios de comunicación
hace que se transmita el equívoco mensaje de que “el vino tinto es bueno para
la salud”, o de que “el whisky es bueno para el corazón”, sin dejar claro
cuáles son los límites de la moderación necesarios para que se pueda dar
crédito a esa posibilidad.
Y ese efecto mediático
es muy dañino para las personas que lo reciben, las cuales sacan conclusiones
erróneas, y contrarias incluso al contenido literal de los estudios científicos
que sirven de base a tales noticias.
El alcohol siempre
resulta tóxico para la persona que lo consume. Y aunque el cuerpo humano es
capaz de tolerar una pequeña cantidad, no por ello deja de ser una substancia
nociva y peligrosa.
Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico
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