¿Cuándo se puede
considerar que una persona es "alcohólica"?
Decimos que una persona tiene adicta al
alcohol cuando continúa bebiendo a pesar de que el consumo de alcohol está
interfiriendo de forma negativa en su vida, ya sea en su salud, en su
equilibrio psicológico, en su trabajo, en su vida familiar, en su imagen
social, etc.
¿Es el alcoholismo una
enfermedad?
En lugar de “alcoholismo”, que es un término
que suele resultar muy duro de escuchar, preferimos hablar de adicción.
La adicción o dependencia del alcohol es un
problema serio que deteriora la salud de la persona que la padece en el sentido
más amplio de la palabra.
Más aún, es un problema que afecta a uno de
los elementos esenciales del ser humano: la libertad.
La persona adicta al alcohol va perdiendo su
capacidad de decidir si bebe o no bebe, se va reduciendo poco a poco el
autocontrol sobre su propia conducta, en definitiva: va perdiendo su libertad.
Podemos considerar que la adicción al
alcohol es una enfermedad, porque afecta a la salud y al equilibrio personal de
quién la padece y de los que le rodean, y porque es necesario un someterse a un
tratamiento adecuado para recuperarse de la misma.
Pero no es una enfermedad como tantas otras
que se pueden "curar" tomando ciertos medicamentos, mediante una
operación quirúrgica o mediante algún otro procedimiento médico habitual.
¿Nacen las personas predispuestas hacia el
alcoholismo?
Cada persona reacciona ante el consumo de
alcohol de una forma diferente. Esto es debido a que la constitución genética
de cada individuo es diferente y única. Sin embargo, esto no quiere decir que
la dependencia del alcohol está sólo determinada por la genética.
Así como cuando varias personas toman el sol
su piel reacciona de modo diferente, llevando a algunas a un agradable color
dorado y a otras a quemarse en el mismo tiempo, existen diferencias
individuales que hacen que unos individuos sean más sensibles al alcohol que
otros, y por tanto sea más fácil que desarrollen dependencia.
De todos modos, cualquier persona que beba
en exceso puede convertirse en adicta al alcohol en más o menos tiempo.
¿Qué es beber
"moderadamente"?
Consideremos una "unidad" de
consumo de alcohol a la cantidad contenida en un vaso de vino, en una cerveza,
en una copa de cava, vino dulce o jerez, (unos doce gramos de alcohol puro).
Las copas de licor: anís, whisky, cognac,
ginebra, etc. o los combinados de estas bebidas equivalen a dos
"unidades".
Diversos estudios científicos establecen
como límites máximos de consumo de alcohol los siguientes:
Sexo Límite
diario Límite semanal
Hombre 4 20
Mujer 3 15
Estos datos se refieren siempre a personas
sanas que no hayan tenido previamente problemas con el alcohol y no representan
una seguridad absoluta de que no se vaya a sufrir daños en su salud o el
desarrollo de la dependencia alcohólica.
Cada vez que una persona supera estos
límites está sometiendo a su organismo a un efecto negativo que altera su
funcionamiento, y puede conducirle al desarrollo de la adicción al alcohol, o
de otros problemas de salud derivados del efecto tóxico del alcohol en el
cuerpo humano.
¿Se puede curar la dependencia del alcohol?
Sí y
No.
Si entendemos la "curación" como
la vuelta a una situación como la que tenía la persona antes de haber bebido su
primer trago de alcohol la respuesta es negativa. Una vez que se ha abusado del
alcohol y se ha desarrollado la adicción siempre habrá unas alteraciones
fisiológicas y conductuales que permanecerán latentes en el individuo.
Sin embargo, con una terapia adecuada, se
puede aprender a vivir sin alcohol de una forma saludable y equilibrada. Es
decir la dependencia se puede superar y la persona puede recuperar su libertad.
Al
tratarse de una conducta que ha pasado de ser un hábito a ser una adicción es
necesario un tratamiento psicológico que restituya a la persona su capacidad de
autocontrol ante las situaciones, ya sean de presión social, de alteración
emocional, o de otro tipo, en las que anteriormente bebía.
¿Son todos los tratamientos iguales?
No.
A lo largo de los últimos años se han
desarrollado diferentes maneras de abordar el problema y métodos terapéuticos
muy diferentes entre sí.
Una cosa es ingresar en un Hospital
Psiquiátrico y otra acudir a una reunión de Alcohólicos Anónimos o de
Alcohólicos Rehabilitados.
No es lo mismo tomar "Colme" o
"Antabus" que tomar medicamentos ansiolíticos, o naltrexona. Tampoco
es lo mismo hacerse un psicoanálisis o someterse a acupuntura.
Todos estos tratamientos son a su vez muy
diferentes del Programa Victoria
Antes de ponerse en tratamiento, o de
recomendar a alguien que lo haga, infórmese cuidadosamente de las
características del método de trabajo que sigue cada entidad, así como de los
resultados terapéuticos que tiene.
¿Es necesario beber todos los días para ser
adicto?
No.
Muchas personas desarrollan una forma de
dependencia que se manifiesta de forma intermitente.
Algunas veces el sujeto es capaz de no beber
nada, tal vez durante días o semanas, o incluso de beber moderadamente. Pero
esto no evita que en ocasiones beba de una forma descontrolada y que ello le
traiga consecuencias negativas de toda índole.
¿Qué
síntomas indican que una persona abusa del alcohol?
A continuación mostramos algunos de los
principales y más comunes síntomas que presentan las personas que tienen
problemas con el alcohol.
La presencia de cualquiera de ellos hace
recomendable la consulta del caso particular con un profesional especializado:
Síntomas físicos
Beber grandes
cantidades sin embriagarse
Náuseas o vómitos
al levantarse
Pérdida de apetito
Lagunas de memoria
(olvidar detalles de lo que se ha hecho o dicho)
Ligero temblor en
las manos que se alivia al beber alcohol
Valores elevados en
la enzima Gamma GT o en el Volumen Corpuscular Medio en un análisis de sangre.
Síntomas psicológicos
Sentimientos de
culpabilidad, sobre todo a la mañana siguiente.
Justificaciones del
tipo de "yo lo dejo cuando
quiera", "todo el mundo bebe", etc.
Sentirse molesto
cuando alguien le sugiere que deje de beber o que al menos no beba tanto
Intentos y promesas
de no beber, o de beber menos.
Bernardo
Ruiz Victoria
Psicólogo
Clínico