viernes, 19 de octubre de 2012

"Yo cuando quiera lo dejo", segunda parte

Han pasado ya dos semanas desde que Pedro acudió a mi consulta con su padre y se comprometió a pasar un mes sin beber. Hoy tenía cita conmigo y no se ha presentado. Tampoco ha llamado para cancelarla o cambiarla para otro día. Simplemente no ha venido.

Esto es una muestra de falta de responsabilidad y de seriedad;  un rasgo típico de comportamiento de las personas adictas, que tienden a eludir sus compromisos buscando todo tipo de justificaciones.

Me atrevo a aventurar que no habrá sido capaz de cumplir su promesa de no beber, y no tiene el valor de venir a decírmelo. Seguirá sumido en su autoengaño, diciéndose a si mismo que todo es una exageración de sus padres, que ya es mayorcito para que le sigan controlando su vida, que, total, por unas copas de vez en cuando no hace nada malo, que todo el mundo lo hace, y una serie de justificaciones similares.

Lo malo de todo ello es que con esa actitud no hace sino contribuír a que su adicción continúe avanzando. Y aumenta el riesgo de tener complicaciones mayores y consecuencias más graves.

Lo más probable es que un día lo lamente en el futuro, y que cuando por fin se decida a afrontar su problema y ponerse en tratamiento se de cuenta de que hubiera sido mucho mejor hacerlo antes de que las cosas se complicaran aún más.

Cuántas veces a lo largo de mis años de experiencia profesional me he encontrado con casos similares. Confiemos en que Pedro reaccione, asuma su problema y acepte la ayuda terapéutica que se le ofrece, antes de que llegue a situaciones irreparables.


Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico

No hay comentarios:

Publicar un comentario