lunes, 8 de octubre de 2012

Los orígenes del Programa Victoria

He comenzado este blog con una serie de entradas de tipo informativo general sobre el alcohol, sus efectos y el problema de la adicción, pero hoy quiero cambiar el tono y hacer algo más personal.

Tras mis estudios de Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid, que terminé en 1979, tuve que dedicar un año de mi vida a lo que entonces era el servicio militar obligatorio, al igual que la inmensa mayoría de jóvenes varones en España.

Al concluir, las casualidades de la vida me llevaron a la ciudad de Vitoria, en la que me ofrecieron un puesto de becario en un programa de investigación sobre diferentes métodos de tratamiento en pacientes ingresados en un hospital psiquiátrico. Fue mi primer contacto con la vida profesional como psicólogo, y la primera experiencia con pacientes reales, ya que en aquellos tiempos las prácticas durante la carrera dejaban mucho que desear.

Cuando se terminó el proyecto de investigación, empecé a trabajar en la práctica privada, en la que me mantuve varios años hasta que surgió la oportunidad de afrontar un enorme reto profesional: desarrollar un programa terapéutico para tratar la adicción al alcohol.

Un importante grupo empresarial radicado en el País Vasco, que tenía una seria preocupación por los problemas que el alcohol causaba entre sus trabajadores de todos los niveles, buscaba soluciones que mejorasen la escasa oferta que la sanidad pública ponía a su disposición. En esa búsqueda se pusieron en contacto conmigo, y con algunos otros colegas que colaborábamos profesionalmente, y de ahí surgió lo que poco a poco se terminó convirtiendo en un método terapéutico contrastado y maduro que hoy conocemos como Programa Victoria.

Tomando elementos de distintas experiencias y métodos de terapia, conseguimos dar forma a un primer programa de tratamiento que tuvo un gran éxito terapéutico, lo que llevó a los responsables del mencionado grupo empresarial a confiarnos todos los casos que surgían entre su personal, lo cual alimentó de pacientes nuestro programa durante varios años.

Poco a poco, se fueron diversificando las fuentes de pacientes, al irnos dando a conocer, y hoy en día, tras más de 25 años de experiencia, nos llegan pacientes de todas partes de España y, en ocasiones, también hemos tenido personas que han viajado desde lugares tan dispares como México, Argentina, República Dominicana, Inglaterra o Arabia Saudí.

Aún trabajamos con la ilusión del primer día, con el mismo cariño y dedicación hacia las personas que nos confían sus problemas y esperan que les ayudemos a dejar atrás una vida de sufrimiento, para ellas mismas y para sus familiares y allegados. Todo el mundo sufre cuando el alcohol, o mejor dicho, la adicción se apodera de una persona.

Pero la alegría de ver de nuevo sonreír y disfrutar de la vida sin alcohol y sin adicciones a nuestros pacientes es el mejor regalo, recompensa y estímulo que podemos recibir para continuar con nuestra labor, que es mucho más que un mero trabajo, es una vocación y una misión con la que nos sentimos plenamente identificados.


Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico

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