viernes, 2 de noviembre de 2012

Sinónimos



No voy a sorprender a nadie afirmando que la lengua española tiene una riqueza de léxico impresionante, con multitud de sinónimos y expresiones diferentes que sirven para describir las mismas cuestiones.

Por ejemplo la embriaguez.

Es uno de los términos que tiene infinidad de sinónimos, y muchas veces me he preguntado por qué, sin tener la respuesta. Está claro que es algo tan arraigado en nuestra idiosincrasia que se ha plasmado en el lenguaje popular con un sinnúmero de palabras para describir el estado alterado de una persona que ha bebido alcohol en cantidad suficiente como para dejar de actuar, pensar y sentir como lo hace habitualmente en su estado natural.

Me vienen a la mente algunos de estos sinónimos, y te agradecería que me aportases alguno más que puedas conocer.

Empecemos por el más común, borrachera. Es un término que no es del todo negativo en la sociedad. Decir que alguien se ha cogido una borrachera puede ser un comentario desenfadado sobre una fiesta del día anterior. Otra cosa es decir que alguien está borracho o borracha, eso ya suena peor, y mucho peor decir que es un borracho, y no digamos un borrachón o un borrachuzo, eso ya se acerca mucho al insulto.

Pero también se suele decir estar cocido, pedo, caliente, pasado, o colocado. Términos que suenan generalmente a algo desenfadado y no del todo reprochable.

Si usamos el término ebrio, o ebriedad, estamos tomando un tono muy académico y formal para hablar de lo mismo. Al igual que si hablamos de intoxicación etílica, que ya suena a lenguaje de un parte médico del servicio de urgencias.

Pero hay más. Podemos tener una castaña, una merluza, una papa, una curda, una melopea … y muchas otras palabras que el lenguaje popular y las variaciones idiomáticas han ido creando a lo largo de los siglos.

Pero no debemos olvidar que, se llame como se llame, la embriaguez es el resultado de una conducta irresponsable y peligrosa, que anula el funcionamiento correcto de nuestro cerebro racional y nos deja en manos del animal que todos llevamos dentro y que solo podemos sujetar manteniendo todas nuestras facultades mentales al cien por cien.

Eso es lo que el alcohol cambia en nosotros, dejamos de ser humanos y pasamos a ser animales: burros, cerdos, víboras, eso ya depende.


Bernardo Ruiz Victoria
Psicólogo Clínico

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